29 sept 2009

El Cajón delator

Esto que voy a contar ocurrió de verdad mientras estaba en Costa de Marfil. No me lo contaron, no lo inventé: lo vi por televisión y conozco gente que lo presenció en vivo y en directo. A continuación, lo que ocurrió, precedido por un poco de historia:


Costa de Marfil fue, hasta 1999, la perla de África. Un país que había tenido una transición tranquila de la colonia a la independencia y que mantenía una relación amistosa con Francia; un país rico, próspero, culto. En la navidad de 1999, un golpe de estado vino a cambiar esto: de una manera sumamente rápida el país de desestabilizó hasta el punto que una guerra civil tan corta como cruenta estalló en Septiembre de 2002. En medio de los combates, las tropas francesas se interpusieron entre las dos partes para permitir la evacuación de los ciudadanos franceses que se encontraban en el norte del país y así nació lo que habría de llamarse “la zona de confianza”: Una línea de armisticio protegida por tropas de la Unión Africana primero y de la ONU después. Así, Costa de Marfil quedó dividida en Norte (territorio de las Forces Armées des Forces Nouvelles o FAFN) y Sur (territorio bajo el mando del gobierno de Costa de Marfil).


En el transcurso de los años que siguieron se firmaron varios acuerdos de paz sin que ninguno lograra la reunificación del país, la eliminación de la zona de confianza y, en suma, la vuelta a la normalidad. A comienzos de 2007, por mediación del Presidente de Burkina Fasso Blaise Compaoré, los dos actores principales de la crisis, el Presidente de Costa de Marfil Laurent Gbagbo y el Secretario General de las FAFN, Guillaume Soro, se encontraron en Burkina Faso para un “dialogo directo” y firmaron el Acuerdo de Ouagadougou. En virtud de este acuerdo, el puesto de Primer Ministro pasó a manos de Guillaume Soro, y se estableció un gobierno de transición integrado por personalidades de las dos partes. El objetivo principal era la reunificación del país y el restablecimiento de las autoridades administrativas en el Norte.


En este marco, 29 de junio de 2007, G. Soro viajó a Bouaké (la ciudad que había sido, por así llamarla, la capital del territorio bajo mando de las FAFN) junto con jueces y miembros de la administración nacional para reinstituir la Corte de Apelaciones de Bouaké y así restaurar la administración de justicia en el norte del país. Pero cuando el avión presidencial aterrizó sobre la pista y comenzó a doblar para acercarse al aeropuerto, fue atacado por tiros de cohete y Kalashnikov. Si bien G. Soro salió indemne del atentado, cuatro personas murieron y varias resultaron heridas. (Pueden leer la cobertura de la BBC sobre el atentado aquí)


Las hipótesis acerca de quiénes habrían sido los autores intelectuales del hecho circularon por meses en la prensa, y si bien existían numerosos sospechosos, nada pudo comprobarse.


El 13 de Julio de 2007 se realizó en Abidjan el funeral de las víctimas del atentado, con honores de Estado. Y aquí ocurrió lo que hoy les quiero contar: Luego de ofrecidos los honores a los muertos, miembros de las fuerzas armadas tomaron los cajones mortuorios que estaban envueltos en banderas marfilenses y se aprestaron a llevarlos hacia los coches fúnebres. La procesión se realizaba lentamente e iba pasando frente a la gente que había asistido para que ellos brindaran sus respetos y, hacia el final, pasaba frente al palco presidencial, donde se encontraban numerosas personalidades. Pero cuando uno de los cajones llegó al palco, quienes lo llevaban en andas no pudieron hacerlo avanzar pese a sus notables esfuerzos. El cajón los llevaba hacia el palco presidencial y se negaba a moverse en otro sentido que no fuera ése. Los miembros del palco se mostraban incómodos y algunos palidecieron, mientras los portadores del cajón intentaban con todas sus fuerzas hacerlo volver a seguir el rumbo preestablecido. Finalmente, una persona se acercó al cajón y dijo algo en voz baja, y el cajón rebelde volvió a seguir la procesión.(Para ver una foto del momento en que el cajón se desvía, hagan click aqui)


Las explicaciones de cualquier occidental serían simples: los portadores no caminaban para el mismo lado, alguno estaba cansado y no hacía fuerza suficiente, algún gracioso quiso hacer un chiste. En África, sin embargo, las cosas son distintas y es por eso que muchos palidecieron al ver la dirección que tomaba el cajón: De acuerdo a las creencias populares, si alguien de la familia del difunto le pide a éste cuando lo están velando que señale al culpable de su muerte, éste debe hacerlo. Según me explicaron, la víctima, que era originaria de Bouaké, fue velada allí antes de ser llevada a Abidjan para los funerales, y estiman que algún miembro de su familia debe haberle pedido que “hable”. Y los cajones hablan así: dirigiendo con gran fuerza a los portadores hacia aquél que les causó la muerte e impidiendo que éstos se dirijan a otro lugar. Por eso, los portadores no son amigos ni familiares del difunto y suelen ser hasta de distinta aldea, para que no tengan intereses personales en señalar a uno u a otro. Me han contado que el hecho es bastante común y he llegado a leer en el diario de casos en los que los portadores del cajón han salido disparados, porque el cajón los ha llevado corriendo a la casa del culpable de su muerte.


Sí, en el diario. Porque, como habrán visto en éste y verán también en otros posts, la magia y lo sobrenatural en África son cosas de todos los días.





PD: Si se preguntan por qué el cajón finalmente accedió a continuar la procesión, la explicación que me dieron es ésta: su superior militar (que es quien se había acercado al cajón) le habría dicho que continuara, que no era el momento de señalar culpables, y así como había tenido que obedecer el vida, había debido hacerlo ya muerto.



2 comments:

Verónica Frágola dijo...

o.O woow... buenísimo!!. Me hiciste poner la piel de gallina.
excelente post!
Besos

Vangi dijo...

Uff, Marce se me puso la piel de gallina!...cuantas experiencias, gracias por compartirlas, en cada relato tuyo siento que viajo un poquito con vos. Besos!

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