17 ago 2010

Serbia: algunas tradiciones y costumbres


Hola a todos! Cómo están? Espero que hayan pasado un hermoso fin de semana.

En el post de hoy voy a contarles un poco acerca de algunas tradiciones de Serbia, acerca de costumbres que noté y aprendí conviviendo con mi familia política, quienes me iban explicando, a medida que yo iba preguntando, cómo es la vida allí. Pero a este respecto tengo que hacer una aclaración necesaria: Mi marido, mi familia política no son serbios (no es esa su etnia). Ellos (y por ende mis hijos) pertenecen a una minoría étnica muy pequeña originaria del sur de Kosovo y su lengua madre no es el serbio (si bien, obviamente, lo hablan también desde muy corta edad). Hago esta aclaración porque esta es una particularidad que seguramente hace que yo vea Serbia desde otro cristal.

En muchos sentidos, buenos y malos, Serbia me recuerda la Argentina de los años '80.  En los aspectos negativos (problemas securitarios, facciones de la sociedad intolerantes  y violentas para con las minorías de toda clase, corrupción, amiguismo, nepotismo, etc) atribuyo en parte ésto al hecho de ser una sociedad  "en vías de democratización"*y, sobre todo, una sociedad con un pasado autoritario y violento aún muy reciente**. 

En el buen sentido, me recuerda a la Argentina pre-globalización y me hace pensar en mi infancia. Esto tiene que ver con que, luego de la guerra, la incorporación de Serbia a Europa ha sido lenta, y es aún uno de los países cuyo ingreso a la Unión Europea ha estado más detenido debido a que, una de las condiciones para que ello ocurra, es la entrega de los criminales de guerra requeridos por el Tribunal para juzgar los crímenes de la Ex-Yugoslavia (ICTY). Como consecuencia de ello las grandes corporaciones han ingresado tímidamente al país, en parte por carencia de garantías en materia de requisitos para hacer negocios, justicia, y demás,  y en parte por la crisis económica de la post-guerra, que dejó a muchísima gente sin trabajo o con trabajo por debajo de sus capacidades (los ingenieros trabajando como vendedores ambulantes son una imagen común), congeló los salarios (un sueldo común de empleado de comercio ronda los 200/ 300 euros), y se vió agravada por la enorme cantidad de desplazados internos (gente que debió huir de sus pueblos/ciudades de origen debido a persecuciones por parte de la etnia enemiga). 

Como les contaba brevemente en el post anterior el fenómeno de los shopping-malls es nuevo en Serbia. En la actualidad hay tres en Belgrado, 1 en el centro de la ciudad vieja y dos grandes en la ciudad nueva, donde se encuentran la mayoría de las grandes marcas europeas y hasta hay un supermercado que está abierto las 24 hs del día (yo estimo que el Mariscal Tito debe estar revolviéndose en su tumba de sólo pensar en ese ritmo de trabajo ;). Sin embargo, los precios, más caros aún que en Europa Occidental a causa de los impuestos a la importación, resultan prohibitivos para el común de la gente. Por eso el comercio continúa desarrollándose por carriles más tradicionales. 

Así, las compras no se hacen en un supermercado sino en en distintos negocios: frutas, verduras y carne, en los mercados a cielo abierto (como el de la foto de más abajo), pan incluyendo búrek) en las panaderías tradicionales (pekara) o en las despensas/kioscos de barrio, dulces y tortas (cuando no se elaboran en la propia casa) en las reposterías o poslaticarnica (se pronuncia poslaticharnitsa). En materia de comida, hay aún mucha elaboración artesanal y hay un orgullo familiar en la forma de realizar desde conservas de todo tipo, dulces, mermeladas, repostería tradicional hasta bebidas como la boza (una bebida a base de trigo y maiz fermentado) o el famoso puré de pimientos llamado ajvar. Asimismo, cada familia tiene sus recetas de comidas tradicionales como la sarma (envoltijos de hojas de parra), pasulj (guiso/sopa de porotos), proja (pan de maiz) y de dulces como la baklava o tortas como el kuglof. 


Algo que me resultó muy interesante y muy lindo es cómo se comparte todo ésto. Como la elaboración de la mayor parte de estos productos es un proceso muy lento, cuando alguien los realiza generalmente lo hace en grandes cantidades, guarda un poco para sí, y luego lleva a familia y amigos para repartir. Así tambien he escuchado a mis cuñadas recibir datos por teléfono de hermanas y amigas acerca de productos buenos y en oferta en determinados lugares y me comentaban que, en la época de la guerra, cuando la hiperinflación alcanzó niveles descomunales (entre 1990 y 1994 la moneda perdió 20 ceros. 1 Dinar de 1990 pasó a ser 100,000,000,000,000,000,000 Dinars), los amigos avisaban cuando, por ejemplo, llegaba la harina a los supermercados para poder ir a hacer cola toda la noche a fin de asegurarse un  paquete, tal y como pasaba en Argentina. Esa solidaridad se mantiene hoy, aún en condiciones de crisis diferentes.

Con las compras de perfumes, ropa, cosméticos sucede más o menos lo mismo: Se conserva la boutique del barrio y el conocido que puede viajar al exterior (frecuentemente Turquía o Italia) y trae ropa y perfumes que no se encuentran en el país, o a menor precio que la que se puede comprar en los negocios del centro***. Paralelamente a las grandes marcas, conviven los productores locales que copian modelos europeos o producen sus propios diseños a precios inferiores en locales no tan a la vista (se encuentran zapatos a buenos precios en locales que están en los pasos subterraneos de las avenidas céntricas, por ejemplo). 

Como la mayoría de las familias no tiene auto, y el tráfico en horas pico puede ser una locura a pesar de ello, la gente recorre la calle a pié, en omnibus o en tranvía. Esto hace que las ciudades tengan mucha vida. Hay muchos cafés y dicen que Belgrado, por ejemplo, tuvo la tradición de los cafés en las calles antes que ciudades que los hicieron famosos, como Paris o Roma. La gente camina, pasea, vive la ciudad en las calles, y en ese caminar se encuentran con amigos, toman un café o dos, conversan de la vida, recuerdan lo que fué, hablan del presente y del futuro. 



*Esta denominación es un guiño personal a la famosa caracterización políticamente correcta de los paises no ya como subdesarrollados, sino como "en vías de desarrollo" ;-)

** Esto me hace recordar el discurso que Gabriel Garcia Marquez dio al recibir el Premio Nobel de Literatura, en el que decía: 
"Tal vez la Europa venerable sería más comprensiva si tratara de vernos en su propio pasado. Si recordara que Londres necesitó 300 años para construirse su primera muralla y otros 300 para tener un obispo, que Roma se debatió en las tinieblas de la incertidumbre durante 20 siglos antes de que un rey etrusco la implantara en la historia, y que aun en el siglo XVI los pacíficos suizos de hoy, que nos deleitan con sus quesos mansos y sus relojes impávidos, ensangrentaron a Europa como soldados de fortuna. Aun en el apogeo del Renacimiento, 12 mil lansquenetes a sueldo de los ejércitos imperiales saquearon y devastaron a Roma, y pasaron a cuchillo a ocho mil de sus habitantes."
Creo que, en general, es más facil comprender algunas de las contradicciones de pueblos ajenos si volvemos la vista atrás sobre el propio pasado. La raza humana no parece evolucionar de manera muy diferente, si bien los tiempos pueden ser distintos en diferentes lugares. 
Les recomiendo leer el texto entero del discurso. Es una obra de arte en sí misma, absolutamente digna del genio que le escribió. 
***Esto no es lo mismo que aquellos que venden mercaderia robada de grandes diseñadores ( ojo si alguien les dice que tiene mercadería "que se cayó del camión que la transportaba")

1 comments:

Susana dijo...

¡Hola!

Acabo de descubrir tu blog y volveré por aquí seguro...

Yo también tengo un blog de viajes que te invito a visitar:
www.vuelo-directo.blogspot.com.

¡Un beso!

Adoro recibir comentarios a mis posts ¡gracias por dejar uno!