La primera vez que ví una opera no fue en un teatro, ni siquiera fue en un espacio cerrado: fue en Central Park, New York, un atardecer rosa de verano. Dicen que la primera vez que uno ve una opera define si se amara o se odiará el género para siempre, por eso yo siento que le debo a New York este amor profundo.
Era Julio del año 2000, y yo estaba en New York por tres meses, haciendo una pasantía. El mes anterior habíamos visto, junto con compañeros de trabajo, el anuncio que indicaba los días y horarios en que el MET presentaría nada más y nada menos que Madame Butterfly, de Puccini, en la parte principal de Central Park (el "Grand Lawn) y habíamos esperado ansiosos el día. Asi que esa tarde, luego del trabajo, fuimos directo a tomar el subte que nos llevaría al parque, donde la ópera comenzaría a las 8 de la noche. En el trayecto nos encontramos con una pasante de otra oficina y compramos juntos cosas para hacer un picnic: una baguette, quesos varios, uvas verdes y un vino suave en un Deli cercano a la oficina. Y partimos.
Cuando llegamos a Central Park, alrededor de las 7:30 de la tarde, el parque ya estaba repleto de gente y casi no quedaba lugar para sentarnos. Nos ubicamos hacia el fondo donde, aunque bastante lejos del escenario, la música se escuchaba perfectamente. Tiramos un mantelito sobre el pasto, pusimos las cosas que habíamos traído y nos sentamos. Todo a nuestro alrededor había grupos de gente esperando el comienzo de la ópera y conversando tranquila mientras tanto. Algunos habían llevado picnics elaborados, con vajilla de porcelana, copas, champagne. Todos tenían velas, y ésto hacía que, a medida que la noche iba cayendo, el parque fuera pareciendo iluminado por luciernagas.
Cuando la ópera comenzó de la tarde quedaba poco, el cielo estaba totalmente rosado, los edificios de los alrededores empezaban a iluminarse, y corría una brisa apenas fresca. Y entonces empezó la música: maravillosa, romántica, apasionada. Las voces de los cantantes llenaban el parque que, por lo demás, permanecía en silencio. Tengo la imágen vívida del escenario a lo lejos, de la luz de las primeras estrellas en el cielo, y sobre el pasto, las miles de velitas, como imitándolo. Era todo tan bello que hasta me acuerdo de haber contenido el aliento. Por si quieren sentirse un poco ahí, les sugiero que vean un video de la que quizás sea el aria más famosa de Madame Butterfly, Un bel di vedremo, aquí.
Si alguna vez van a New York en verano, no dejen de verificar si durante su estadía tendrá lugar uno de estos eventos. Es uno de los recuerdos más hermosos que tengo de un viaje.
Pueden ver la serie de conciertos en Central Park aqui y aquí.
*La foto pertenece al usuario de Flickr Joe Shlabotnik y se encuentra disponible en Flickr "creative commons" (attribution). Aqui pueden ver una foto hermosa que no puedo publicar por cuestiones de copyright
Era Julio del año 2000, y yo estaba en New York por tres meses, haciendo una pasantía. El mes anterior habíamos visto, junto con compañeros de trabajo, el anuncio que indicaba los días y horarios en que el MET presentaría nada más y nada menos que Madame Butterfly, de Puccini, en la parte principal de Central Park (el "Grand Lawn) y habíamos esperado ansiosos el día. Asi que esa tarde, luego del trabajo, fuimos directo a tomar el subte que nos llevaría al parque, donde la ópera comenzaría a las 8 de la noche. En el trayecto nos encontramos con una pasante de otra oficina y compramos juntos cosas para hacer un picnic: una baguette, quesos varios, uvas verdes y un vino suave en un Deli cercano a la oficina. Y partimos.
Cuando llegamos a Central Park, alrededor de las 7:30 de la tarde, el parque ya estaba repleto de gente y casi no quedaba lugar para sentarnos. Nos ubicamos hacia el fondo donde, aunque bastante lejos del escenario, la música se escuchaba perfectamente. Tiramos un mantelito sobre el pasto, pusimos las cosas que habíamos traído y nos sentamos. Todo a nuestro alrededor había grupos de gente esperando el comienzo de la ópera y conversando tranquila mientras tanto. Algunos habían llevado picnics elaborados, con vajilla de porcelana, copas, champagne. Todos tenían velas, y ésto hacía que, a medida que la noche iba cayendo, el parque fuera pareciendo iluminado por luciernagas.
Cuando la ópera comenzó de la tarde quedaba poco, el cielo estaba totalmente rosado, los edificios de los alrededores empezaban a iluminarse, y corría una brisa apenas fresca. Y entonces empezó la música: maravillosa, romántica, apasionada. Las voces de los cantantes llenaban el parque que, por lo demás, permanecía en silencio. Tengo la imágen vívida del escenario a lo lejos, de la luz de las primeras estrellas en el cielo, y sobre el pasto, las miles de velitas, como imitándolo. Era todo tan bello que hasta me acuerdo de haber contenido el aliento. Por si quieren sentirse un poco ahí, les sugiero que vean un video de la que quizás sea el aria más famosa de Madame Butterfly, Un bel di vedremo, aquí.
Si alguna vez van a New York en verano, no dejen de verificar si durante su estadía tendrá lugar uno de estos eventos. Es uno de los recuerdos más hermosos que tengo de un viaje.
Pueden ver la serie de conciertos en Central Park aqui y aquí.
*La foto pertenece al usuario de Flickr Joe Shlabotnik y se encuentra disponible en Flickr "creative commons" (attribution). Aqui pueden ver una foto hermosa que no puedo publicar por cuestiones de copyright
3 comments:
Qué hermoso recuerdo! oh!casualidad, fue M. Butterfly también la que fui a ver al Teatro Martín Fierro de La Plata, ubicado dentro del Bosque platense , hace muchos años ya. No te permite el picnic porque tiene asientos , pero la recuerdo como una noche deliciosa de primavera al aire libre.Una lástima que hoy día esté cerrado :(
Butterfly fue también mi primer ópera en el Colón. :)
Qué lindo Ro! Yo nunca fui al Colón, es una asignatura pendiente...
Qe lindoo debe haber sido estar alli!
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