El episodio del cajón delator, que fue objeto del último post, no fue el único acontecimiento mágico del que tuve noticia durante los dos años y medio que viví en Costa de Marfil. Allí la magia y lo sobrenatural son considerados naturales, corrientes, cosa de todos los días. Más de una vez me sorprendí al escuchar cosas como “La Diputada X tuvo un accidente del que no logra recuperarse porque le contestó mal al Rey de la localidad Y, y éste le lanzó una maldición. Y hasta que no le pida perdón no se va a curar.”, “Las cintas que las mujeres tienen atadas a la cintura son para no quedar embarazadas, porque tienen un encantamiento de la bruja del pueblo”, “Las mujeres no pueden entrar al bosque los días miércoles porque los duendes se enojan” y tantas otras. Sin embargo, nada me sorprendió tanto como lo que voy a relatar a continuación.
El atentado al Primer Ministro Guillaume Soro no sólo no logró su objetivo principal, que era matarlo, sino que tampoco logró herirlo en lo más mínimo. De haber ocurrido este hecho en algún lugar de Europa o America, hubiera sido catalogado inmediatamente como un milagro, dado que todas las personas que rodeaban a Soro murieron o fueron heridas gravemente y a él, sólo a él, no le ocurrió absolutamente nada.
La explicación que muchos le dieron-incluyendo la prensa-sin embargo, fue distinta: afirmaron que Soro había salido ileso porque tenía la capacidad de convertirse en animal, y se había transformado en mosquito en el momento del disparo. En mosquito, tal como lo leen. Un animago, sí, como en Harry Potter.
Confieso que al leerlo largué una carcajada. Sencillamente no podía creer lo que estaba leyendo. Mis compañeros de trabajo, marfilenses ellos, se limitaron a decir “Hay gente que hace eso”, validando la hipótesis. Y yo, que me reconozco demasiado racional para creer en tanta magia, recordé haber leído lo que transcribo a continuación. Es una sentencia real, dictada por el Tribunal Correccional de Boue, Gabón, el 22 de abril de 1964 y dice así:
“ El Tribunal,
...
Considerando que Biyeke Etienne fue citado a comparecer ante el presente Tribunal Correccional, acusado de haber involuntariamente ocasionado un homicidio a la persona de Joseph Akoué en Bissobinlam, distrito de Boué, el 13 de Septiembre de 1963, en todo caso desde menos de 3 años, por imprudencia, negligencia, inatención o falta de observación de los reglamentos.
Considerando que conforme los debates y el expediente de Biyeke Etienne, el 13 de septiembre de 1963 éste partió a la caza por la tarde; que alrededor de las 16 horas escuchó gritos de monos, que se colocó entre la selva grande y las viejas plantaciones de donde provenían los gritos esperando que los monos pasasen de las viejas plantaciones a la selva; que, percatándose que en lugar de ello se alejaban de él, Biyeke decidió seguirlos cuando, bajo la vegetación, vio venir hacia él un chimpancé; que, visto que éste se acercaba más y más a él gritando, Biyeke se vió en la obligación de dispararle en la cabeza; que el chimpancé cayó y lanzó un grito de hombre; que se transformó en hombre y pudo aún realizar 1000 metros en la selva, corriendo, cuando Eloune Elizabeth, quien lo encontró, lo tomó por la mano; que la víctima se desplomó y murió sin decir nada; que, llamados a socorrerlo, los aldeanos reconocieron y transportaron a la aldea el cuerpo de Akoue Joseph.
Considerando que, en la audiencia, el acusado sostuvo que veía perfectamente claro cuando disparó y que había identificado bien a su víctima como un chimpancé, que no era ésa la primera vez que cazaba, habiendo ya capturado 4 monos desde que lo hace.
Considerando que un homicidio involuntario no es punible salvo que se trate de un hombre que es asesinado por torpeza, imprudencia o negligencia; que en este caso particular Biyeke vio en pleno día y disparó sobre un chimpancé y no sobre un hombre; que si el chimpancé se transformó en hombre luego del disparo, Biyeke no puede continuar siendo acusado de homicidio voluntario.
Considerando que es de público y notorio en Gabón que los hombres se transforman sea en pantera, sea en gorila, sea en elefante, etc para lograr sus objetivos, eliminar enemigos o atraer sobre ellos responsabilidades, defender sus plantaciones y devastar aquellas de vecinos y amigos; que se trata de hechos que son desconocidos por el derecho occidental y que el juez gabonés debe tener en cuenta; que es en efecto inconcebible para la mentalidad europea que un hombre pueda recorrer más de 400 km en 27 horas a pié, mientras que un bakoto de Makokou y Boué lo realizó.
Considerando, que tampoco es moneda corriente que un individuo que ha recibido una herida de bala en la cabeza, luego de caído se levante y llegue a recorrer 1000 km en la selva, corriendo; que éste fue el caso de Akoue Joseph.
Considerando que debe aún informarse que las transformaciones de los hombres en animales feroces se realizan también en vista s de no ahuyentar la caza, para atraparla más fácilmente.
Considerando, que Akoue Joseph, quien había partido a cazar sin armas, en consecuencia no las necesitaba porque podía cazar el ganado de otras maneras.
Considerando que si bien hay que punir los homicidios involuntarios de caza, también hay que considerar cada caso y tener en cuenta las prácticas mágicas y de brujería que pueblan Gabón, sobre todo en materia de operaciones en la selva y que retardan enormemente la evolución de nuestro pueblo.
Considerando que el tribunal tiene la total convicción que Akoue Joseph se transformó en chimpancé en la selva donde habría estado cazando sin armas ni ayuda de persona alguna, y que Biyeke, notable, viejo combatiente, ampliamente condecorado, numerosas veces vencedor de chimpancés, no podía tirar en pleno día a un hombre contra el cual no tenía ningún antecedente desfavorable.
Por estos motivos, declara a Biyeke Etienne no culpable de los hechos que le son adjudicados.”
La verdad es que, si los animagos existen, yo me siento tentada a empezar a buscar un hipogrifo...
El atentado al Primer Ministro Guillaume Soro no sólo no logró su objetivo principal, que era matarlo, sino que tampoco logró herirlo en lo más mínimo. De haber ocurrido este hecho en algún lugar de Europa o America, hubiera sido catalogado inmediatamente como un milagro, dado que todas las personas que rodeaban a Soro murieron o fueron heridas gravemente y a él, sólo a él, no le ocurrió absolutamente nada.
La explicación que muchos le dieron-incluyendo la prensa-sin embargo, fue distinta: afirmaron que Soro había salido ileso porque tenía la capacidad de convertirse en animal, y se había transformado en mosquito en el momento del disparo. En mosquito, tal como lo leen. Un animago, sí, como en Harry Potter.
Confieso que al leerlo largué una carcajada. Sencillamente no podía creer lo que estaba leyendo. Mis compañeros de trabajo, marfilenses ellos, se limitaron a decir “Hay gente que hace eso”, validando la hipótesis. Y yo, que me reconozco demasiado racional para creer en tanta magia, recordé haber leído lo que transcribo a continuación. Es una sentencia real, dictada por el Tribunal Correccional de Boue, Gabón, el 22 de abril de 1964 y dice así:
“ El Tribunal,
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Considerando que Biyeke Etienne fue citado a comparecer ante el presente Tribunal Correccional, acusado de haber involuntariamente ocasionado un homicidio a la persona de Joseph Akoué en Bissobinlam, distrito de Boué, el 13 de Septiembre de 1963, en todo caso desde menos de 3 años, por imprudencia, negligencia, inatención o falta de observación de los reglamentos.
Considerando que conforme los debates y el expediente de Biyeke Etienne, el 13 de septiembre de 1963 éste partió a la caza por la tarde; que alrededor de las 16 horas escuchó gritos de monos, que se colocó entre la selva grande y las viejas plantaciones de donde provenían los gritos esperando que los monos pasasen de las viejas plantaciones a la selva; que, percatándose que en lugar de ello se alejaban de él, Biyeke decidió seguirlos cuando, bajo la vegetación, vio venir hacia él un chimpancé; que, visto que éste se acercaba más y más a él gritando, Biyeke se vió en la obligación de dispararle en la cabeza; que el chimpancé cayó y lanzó un grito de hombre; que se transformó en hombre y pudo aún realizar 1000 metros en la selva, corriendo, cuando Eloune Elizabeth, quien lo encontró, lo tomó por la mano; que la víctima se desplomó y murió sin decir nada; que, llamados a socorrerlo, los aldeanos reconocieron y transportaron a la aldea el cuerpo de Akoue Joseph.
Considerando que, en la audiencia, el acusado sostuvo que veía perfectamente claro cuando disparó y que había identificado bien a su víctima como un chimpancé, que no era ésa la primera vez que cazaba, habiendo ya capturado 4 monos desde que lo hace.
Considerando que un homicidio involuntario no es punible salvo que se trate de un hombre que es asesinado por torpeza, imprudencia o negligencia; que en este caso particular Biyeke vio en pleno día y disparó sobre un chimpancé y no sobre un hombre; que si el chimpancé se transformó en hombre luego del disparo, Biyeke no puede continuar siendo acusado de homicidio voluntario.
Considerando que es de público y notorio en Gabón que los hombres se transforman sea en pantera, sea en gorila, sea en elefante, etc para lograr sus objetivos, eliminar enemigos o atraer sobre ellos responsabilidades, defender sus plantaciones y devastar aquellas de vecinos y amigos; que se trata de hechos que son desconocidos por el derecho occidental y que el juez gabonés debe tener en cuenta; que es en efecto inconcebible para la mentalidad europea que un hombre pueda recorrer más de 400 km en 27 horas a pié, mientras que un bakoto de Makokou y Boué lo realizó.
Considerando, que tampoco es moneda corriente que un individuo que ha recibido una herida de bala en la cabeza, luego de caído se levante y llegue a recorrer 1000 km en la selva, corriendo; que éste fue el caso de Akoue Joseph.
Considerando que debe aún informarse que las transformaciones de los hombres en animales feroces se realizan también en vista s de no ahuyentar la caza, para atraparla más fácilmente.
Considerando, que Akoue Joseph, quien había partido a cazar sin armas, en consecuencia no las necesitaba porque podía cazar el ganado de otras maneras.
Considerando que si bien hay que punir los homicidios involuntarios de caza, también hay que considerar cada caso y tener en cuenta las prácticas mágicas y de brujería que pueblan Gabón, sobre todo en materia de operaciones en la selva y que retardan enormemente la evolución de nuestro pueblo.
Considerando que el tribunal tiene la total convicción que Akoue Joseph se transformó en chimpancé en la selva donde habría estado cazando sin armas ni ayuda de persona alguna, y que Biyeke, notable, viejo combatiente, ampliamente condecorado, numerosas veces vencedor de chimpancés, no podía tirar en pleno día a un hombre contra el cual no tenía ningún antecedente desfavorable.
Por estos motivos, declara a Biyeke Etienne no culpable de los hechos que le son adjudicados.”
La verdad es que, si los animagos existen, yo me siento tentada a empezar a buscar un hipogrifo...
7 comments:
hola Muirgen! yo tambien empezarè a buscar hipògrifos......
besos y buen finde :D
Jajaja... buenísimo!!! En mi vida había escuchado algo así sucediera en la vida real sino q solo ocurrían en los cuentos. Q loco, no...? Pero taaaan interesante.
Besos Muirgen ;)
Muirgen..si esto lo viera escrito en otro contexto, diría que es fantasía. Increíble lo que son las culturas de otros países.
Y al igual que vos y Fruticienta, YA estoy busando un hipógrifo, jaja!
Nuevamente Felicitaciones por el blog!
Besos!!
Marce, genial como siempre,.....yo que soy extremadamente racional a veces me pregunto si me sería posible adaptarme a estas culturas......un beso grande y buen finde....
Increible pero genial!!
Yo igual prefiero un unicornio.
Felicidades por el blog!! está buenísimo.....
Muy bueno tu post, espero que sigas escribiendo.
Yo acabo de empezar ahora en esto y os invito por si apetece pasaros http://chicasconmundo.wordpress.com/
Adoro recibir comentarios a mis posts ¡gracias por dejar uno!