Llegué a Daoukro 10 días después de mi arribo a Costa de Marfil, un miércoles de agosto caluroso por la tarde, con el sol cayendo rápidamente sobre los campos verdes y la tierra roja.
Mis compañeros de trabajo y yo habíamos dejado Abidjan el día anterior y recorrido en auto unos 600 km hasta llegar a Bouaké, pasando por Yamoussoukro, y cruzando la zona de confianza. Habíamos pasado la noche en Bouaké y, luego de encargarnos de diversas cuestiones administrativas, habíamos emprendido los aproximadamente 200 km restantes hasta Daoukro.
Lo primero que percibimos al llegar era que la ciudad parecía pequeña, y la gente simpática. Los empleados del hotel eran super serviciales y aceptaron, por ejemplo, colgar arriba de la cama la mosquitera impregnada de insecticida que yo había traído desde Abidjan; nos hablaban del pueblo, sonreían, se mostraban amables. En los días por seguir habríamos de confirmar esta primera impresión.
Daoukro es una ciudad chiquita, de menos de 60.000 habitantes, que se extiende a lo ancho, desparramándose, metiéndose casi entre los árboles bajos del bosque que la rodea. Se encuentra en y es la capital del Departamento del mismo nombre, ubicada en la región de N’zi Comoé. Esta región, que debe su nombre a los dos ríos que la delimitan (el N’zi y el Comoé) fue una de las más ricas y fértiles de Costa de Marfil hasta la década del 80, en que las grandes plantaciones de cacao y café, y las industrias de procesamiento de los mismos (la llamada “Boule du Café- Cacao”) se trasladaron al oeste del país debido a que las tierras del N’zi Comoé habían perdido fertilidad. Sin embargo, la región conserva aún hoy algunos cultivos de cacao y de arroz (sobre todo al sur, en Tiémélekro), bosques de tala, y se mantienen las redes de ferrocarril que habían sido construidas durante la época colonial para llevar el café y el cacao al puerto de Abidjan, y desde ahí, exportarlos.
La ciudad en sí está dividida por dos calles principales. En una de ellas, se encuentra uno de los tres almacenes existentes, en la otra (por donde pasa la ruta que va hacia la localidad de Prepressou) están la casa del Rey, la del ex presidente Henri Konan Bedié (quien sucediera al Presidente Houphouet Boigny y que fuera depuesto por el golpe militar de 1999) y el Hotel de la Paix ( un hotel 4 estrellas muy bonito, con pileta de natación y un restaurant con comida local abiertos al público. Pueden ver su página web aqui ). Hacia el este, casi en el límite con el bosque, hay una laguna de agua quieta con nenúfares y otras pantas, al borde de la cual hay una quinta de verduras que provee al mercado y dónde íbamos a abastecernos los sábados por la mañana.
Las únicas calles asfaltadas son las principales, el resto son de una tierra colorada que impregna el aire y todo lo que toca. Además de ésto hay un mercado al aire libre, un hospital, dos hoteles 2 estrellas, dos discothèques, varios maquis (restaurants locales), una iglesia católica, una mezquita grande (construida en 1995) y 9 pequeñas y una cincuentena de iglesias protestantes, entre ellas algunas netamente africanas como la Comunidad Celeste y la Dehima. Conforme me explicaron, el motivo de tan gran número de cultos en una ciudad relativamente pequeña radicaría en que los fieles no lo son mucho: parece ser que luego de unos años, prefieren iniciar su propio culto conforme a sus propias ideas, y así año tras año, nacen nuevas iglesias.
En lo que respecta a la población, Daoukro, como todo el N’zi Comoé a excepción de un Departamento (el de Bongouanou), es predominantemente de la etnia Baoulé, originaria de Ghana. Los miembros de esta etnia se caracterizan por ser buenos orfebres (trabajan particularmente bien el oro) por ser animistas (si bien en la actualidad la mayoría profesa también alguna otra religión), y por ser muy abiertos y amigables. Estar en “pays baoulé” (tierra baoulé) es estar en un lugar donde la gente es amable, donde acogen bien al recién llegado, donde es más fácil entablar una conversación en la calle, y hacer amigos. Asimismo, existe una importante comunidad libanesa, como en todo el país, dedicada fundamentalmente al comercio y muy integrada con la comunidad local.
Viví en Daoukro cinco meses intensos, en los que pasaron muchas cosas. Estuve enferma muchas veces (incluyendo dos veces con malaria), montamos de la nada una oficina y la pusimos en marcha, recorrimos la región con lluvia, con sol, con niebla y semana tras semana la empezamos a sentir nuestra. Fue algo raro: vivir en Daoukro no fue fácil y sin embargo llegué a encariñarme con la ciudad y su gente, con los niños que revoloteaban por las despensas ofreciendo llevar las bolsas de la compra por unas monedas, con la chica que nos enseñaba a negociar en el mercado para que no nos cobraran “precio de blanco” (más del doble), con el panadero que conocía nuestro paradero al instante y había aprendido a hacer pan redondo como le gustaba a los soldados belgas, con los chicos que me venían a mostrar su remera de la selección argentina con el 10 de Maradona o el 9 de Batistuta, hasta con el bioquímico del hospital que nos hacía los tests de malaria y se reía de nuestra cara de susto cuando daban positivo. “Descanse, tome vitamina C, tome los remedios y no se preocupe” decía como si la malaria que hay en Costa de Marfil no fuera la más grave, la tipo 4, la que puede devenir en cerebro-malaria.
Por eso, cuando pienso en Daoukro tengo la sensación que es un lugar donde el tiempo está quieto, donde la vida transcurre sin mucha pompa, de manera casi imperceptible. Pero donde, a pesar de todo, se está bien.
NOTA: Daoukro se pronuncia Daukró, Bouake: Buaké, Yamoussoukro:Iamusukró, Baoulé: Baulé
4 comments:
Hola Muirgen!!! que lindo que escribis (ya te lo dije un millón de veces, lo sé)... te imagino dentro de muchisimos años contándole tus historias de viajes a tus nietos......
Besos
Hola Muirgen.....genial como siempre, una duda que es la religion animista...si bien por lo que contas hay muchos cultos decis que la mayoría son animistas....me genero curiosidad.
UN BESO ENORME!
Los animistas atribuyen alma y veneran como dioses objetos como montañas, ríos, el cielo, la tierra, los árboles. Algunos creen, por ejemplo, que seres sobrenaturales (dioses o demonios) habitan los objetos y gobiernan lo que éstos "hacen", que hay vida despues de la muerte, que las almas de muertos y vivos están entrelazadas, etc.
Guau....fasinante....la multiplicidad de cultos siempre me parecio un tema muy interesante....Gracias!!!!
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